¿Se pueden instalar huertas fotovoltaicas en el mar?
La instalación de plantas fotovoltaicas flotantes no es nueva, sin embargo, hasta ahora se han instalado en aguas tranquilas. Por lo general, en pantanos, estanques o balsas de riego. Pero la posibilidad de instalarlas en el mar está cada vez más cerca.
Plantas fotovoltaicas flotantes
Las actuales instalaciones fotovoltaicas flotantes se realizan en lugares donde las aguas apenas tienen movimiento ni se generan olas. La elección de estos lugares tiene varios motivos que la están catapultando como una alternativa a la instalación en tierra.
Al realizar una instalación solar flotante se aprovecha un espacio sin coste, puesto que alquilar o comprar los terrenos suele conllevar un gasto asociado que perjudica la amortización de la huerta. De modo que, si se aprovecha la superficie del agua de un pantano, por ejemplo, no se tiene que pagar por el alquiler del lugar.
Por otro lado, el coste de los flotadores soporte no es muy diferente de las estructuras metálicas que se necesitan en tierra. Por ello, realizar la instalación de modo flotante no repercute negativamente en el coste total de la instalación.
Otro motivo que aporta beneficios al realizar la instalación sobre el agua es el aumento del rendimiento de los paneles fotovoltaicos. Debemos tener en cuenta que con el aumento de temperatura las celdas solares pierden eficiencia. Por ello, un colector solar que tiene una potencia nominal de 400 W, por ejemplo, en realidad ve disminuida su producción, ya que cuando se expone al sol tiene a calentarse.
Es por ello que los expertos aseguran que los mejores lugares para la instalación de paneles solares son los lugares fríos, pero soleados. Y, sobre el agua, los paneles solares se refrescan gracias a la refrigeración natural que ofrece el ambiente acuoso sobre el que se instalan. Esto provoca un aumento de su rendimiento entre un 2 y un 3 %.
El tercer beneficio que aporta la instalación de paneles solares sobre el agua, especialmente en pantanos, embalses o canales, es que ayuda a reducir la evaporación del agua. Un efecto que las autoridades de California, EEUU, ya intentaron frenar hace unos años mediante el uso de bolas de plástico que flotaban sobre el agua.
Ahora lo que se quiere potenciar es la instalación de colectores fotovoltaicos sobre las aguas, para su preservación y uso en la agricultura o para consumo humano. Sin embargo, en los canales de trasiego de agua no pueden ser flotantes, el efecto conseguido es el mismo. En este tipo de cauces, los paneles solares se colocan sobre una estructura que queda anclada sobre los bordes del propio canal.
Huertas solares marítimas
Hasta el momento, la instalación de huertas fotovoltaicas en el mar no se había ejecutado, debido a varias dificultades. Por un lado, el movimiento continuo del mar provocaba que las uniones entre los soportes flotantes no resistieran. Esto causaba la separación del conjunto y con ello la rotura de la conexión eléctrica, por lo que la planta dejaba de generar electricidad y aportarla a la red.
Por otro lado, el agua de mar es mucho más agresiva que la dulce de los estanques y pantanos. Esto supone un deterioro mucho mayor de los materiales, especialmente los metálicos. Este motivo era un freno a las plantas fotovoltaicas marinas, puesto que, si se utilizaban materiales más resistentes, el precio de la instalación se incrementaría demasiado.
Debemos tener en cuenta que para que una instalación sea rentable, los costes deben estar por debajo de los ingresos que aporta. Este motivo frenaba a muchas empresas, que no veía rentabilidad con los altos costes de los materiales anticorrosión.
Ejemplos de fotovoltaica marina
En una isla de la costa occidental de Noruega se realzó, en 2021, un ensayo piloto con una instalación fotovoltaica flotante en el mar. La intención de esta huerta no era la generación eléctrica basándose en el precio, sino un test para comprobar su funcionamiento y la resistencia de los materiales.
La extensión de esta planta solar marina es de 6.400 m2 y se eleva 3 metros sobre el nivel del mar mediante una estructura flotante. Esta elevación fue considerada para mejorar la seguridad y resistencia del conjunto. De modo que la producción eléctrica no se viera afectada ni interrumpida.
En este ensayo se ha conseguido comprobar como el continuo movimiento del mar afecta a la estructura, las uniones entre los flotadores y las conexiones eléctricas. Teniendo en cuenta el efecto corrosivo del agua salada. De forma que se puedan evaluar diferentes materiales, para garantizar su duración para un mínimo de 25 años.
Además, la importancia de asegurar un mantenimiento mínimo, que no suponga un coste superior al que se realiza en las huertas solares “OnShore”, también ha sido comprobada. La información obtenida ayudará a los futuros proyectos para asegurar su viabilidad y garantizar la generación eléctrica y la independencia energética de muchos países.
Otro ejemplo de una instalación marina es el proyecto que ha desarrollado un consorcio noruego-holandés, para ser instalado en el mar del norte. Para esta instalación se han diseñado unos soportes triangulares que se elevan varios metros sobre el mar. De modo que siga el movimiento de las olas como una alfombra. Par ello se han aprovechado las pruebas de la instalación citada anteriormente.
Además, aseguran que si este tipo de huertas solares se intercalan entre los parques eólicos “OffShore”, ambos sistemas de generación eléctrica podrían compartir las infraestructuras de transporte eléctrico hasta tierra firme.
Este tipo de instalaciones flotantes ampliaría las posibilidades de países que disponen de zonas con velocidades de viento algo inferiores a las adecuadas. De modo que los parques eólicos no tienen un rendimiento muy alto, pero al combinarlos con huertas solares mejorarían su eficiencia y aportarían una generación combinada por el viento y el sol. Esto podría suponer un aporte de electricidad, tanto de día como de noche.
Hogarsense.es
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