La fotovoltaica crece más en Asia que en Europa por primera vez

Según el estudio preliminar del mercado fotovoltaico para 2013 realizado por la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (European Photovoltaic Industrial Asociation, EPIA), la capacidad de generación mundial ha ascendido en 37 GW en 2013, alcanzando una capacidad instalada global de 136,7 GW, lo que supone un crecimiento de un 35% respecto al 2012.

La internacionalización del mercado de la fotovoltaica se hace más patente en 2013, siendo Asia el continente con más instalación, quitándole el liderazgo a Europa, que ha ido decreciendo desde el 2011. En ese año, el 70% de las nuevas instalaciones (en potencia) se efectuaban en Europa. En 2012 este porcentaje bajó hasta el 59%, y llegó al 28% en este último año.

Instalación fotovoltaica por Official U.S. Navy Page

Los mercados asiáticos, liderados por China y Japón (con 11 y 7 GW respectivamente) explica este cambio, ya que la zona de Asía y el Pacífico representan el 57% del mercado del año pasado. Además se espera que continúe así próximamente, con China creciendo de forma contenida lo que permitirá a dicho país mantener el liderato en este mercado.

En Europa la instalación de fotovoltaica ha disminuido. Las medidas de ahorro que algunos países han tenido que implantar ha afectado negativamente a la confianza de los inversores. Italia ha crecido un 70% menos que en el 2012, e incluso Alemania ha visto un decrecimiento de un 57%. Descontando a estos dos países, el mercado europeo mantiene un crecimiento contaste, con aproximadamente 6 GW al año desde 2011. El descenso en algunos países como Belgica (600 MW en 2012, 215 en 2013), Francia (1,1 GW a 613 MW) y Dinamarca (300 a 200 MW) se equilibran con el aumento en otros países de la Unión.

La energía fotovoltaica mantiene su crecimiento como fuente de energía renovable en Europa y en el mundo. La fotovoltaica fue la segunda fuente de energía más instalada en Europa, y ha pasado de cubrir el 0,3% del consumo europeo de electricidad al 3% en tan solo cinco años.

Vía | EPIA