Estudiar trabajando, o trabajar estudiando
Salió el otro día en el periodico El País, en la sección de Negocios, una pregunta parecida a la que ya le formulé a Martini en la entrevista (puedes leerla aquí).
La pregunta la realizaba un estudiante de Ingeniería Informática (entraba a tercero), que había estado trabajando este verano en una empresa de tecnología avanzada, participando en un proyecto que iba a coger velocidad en otoño, y en el que se sentia plenamente integrado. El director del proyecto estaba muy satisfecho con su trabajo, y le había ofrecido incorporarse a la plantilla con un contrato muy satisfactorio pero a tiempo completo, lo que supondría dejar de lado la carrera.
Su principal problema era que aunque le satisfacia el reto, temía estar cortandose la alas de cara al futuro. Preguntaba si era mejor terminar la carrera (si los titulos son tan importantes como antes), o si cuenta más la experiencia.
La respuesta se la daba una directora de Calidad y Procesos, y le decía que aunque la decisión es totalmente personal, le aconseja que no deje de lado los estudios, ya que tener una titulación nunca le va a cerrar las puertas en un futuro, mientras que no tenerla si puede frenar, en algunos momentos de su carrera profesional, su posible desarrollo.
Además le aconseja hablar con la empresa para estudiar posibles alternativas y tratar de llegar a un acuerdo que le permitan compaginar trabajo y estudios. En este caso, tendrá que hacer un sobreesfuerzo y plantearse el objetivo de sacar un mínimo de asignaturas al año, aunque le lleve más tiempo finalizar la carrera. Si a la empresa le interesa capatarle y retenerle, seguramente le ayudarán a buscar una solución positiva para ambos.
Si finalmente decide continuar sus estudios y la empresa no le da la oportunidad de compaginar ambas actividades, le recomienda continuar haciendo prácticas en verano, con el fin de reforzar sus conocimientos y mantener el contacto con el mundo laboral.
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