Se envía material muy gastado de la central de Almaraz a Suecia para ser analizado
Los residuos radiactivos siguen siendo uno de los principales problemas de la energía actualmente. Por ello, se están llevado a cabo diferentes estudios, dentro y fuera de nuestras fronteras, para conseguir mejorar la eficiencia de los reactores nucleares. En esta dirección, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha autorizado el envío de una muestra de combustible nuclear gastado desde la nuclear de Almaraz (Cáceres) hasta el centro de experimentación Studsvik Nuclear AB en Nykoping, al sureste de Suecia.
El objetivo en esta ocasión es “un programa de investigación sobre el alto quemado del combustible nuclear en el que participa España, cuya finalidad es tanto la investigación como su gestión final como residuo”, según el acta del pleno del CSN. Es decir, se trata de alargar la vida del combustible dentro del reactor, y si lo normal es cambiar las varillas combustibles cada 18 meses, la planta pretende alargar este tiempo.
Las varillas enviadas a Suecia probablemente han estado dentro del reactor de la nuclear española mucho más tiempo del previsto, y serán analizadas para saber como ha reaccionado el uranio y la vaina que contiene el combustible.
En el resto de Europa, el transporte de material nuclear gastado es bastante habitual, y se realiza en tren. En el caso del combustible gastado español, el transporte de 3.200 km se realizará por carretera, y custodiado por la Guardia Civil. Por supuesto el recorrido es confidencial, y está asegurado en 300 millones de euros.
Cuando sea construido y abierto el ATC de Villar de Cañas, en Cuenca, los transportes de material nuclear de alta actividad serán mucho más frecuentes en España.
Pero estos transportes no son nuevos. Ya se han realizado en algunas ocasiones transportes en España: en 2009 hubo otros dos cargamentos que fueron a Suecia (uno de Almaraz y otro de Vandellòs II) y en 2007 otro hacia Bélgica. Desde que en 1989 terminó el envío de los desechos de Vandellos I, estos desplazamientos al extranjero han sido muy escasos. Antes sí se enviaba combustible nuclear de Garoña al Reino Unido.
Según Enresa, el contenedor para este tipo de residuos es un “cilindro de acero con diferentes tipos de blindajes” que resiste una caída libre desde nueve metros de altura, la caída desde un metro sobre un punzón de acero y la resistencia al fuego a 800 grados durante media hora.
que se lo pongan en sus casas.