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El auge de las bicicletas eléctricas

Las grandes ciudades se encaminan hacia la sostenibilidad. Las limitaciones al tráfico de coches son cada vez mayores, se buscan métodos públicos alternativos de transporte y se fomenta el uso de la bicicleta con la ampliación y mejora de los carriles bici. Bajo este contexto de sostenibilidad y fomento del transporte verde, las bicicletas eléctricas se presentan como la mejor elección para los ciudadanos que necesitan moverse por grandes ciudades.

Es un vehículo adaptado a todas las exigencias de control medioambiental con un sistema eléctrico que tiene una doble ventaja: no contamina y ofrece un mayor rendimiento a su conductor, que necesita hacer un menor esfuerzo para ir de un punto a otro de la ciudad. Funciona mediante un motor eléctrico y un sensor de pedaleo que multiplica la fuerza que se genera con cada impulso. De esta manera, los kilómetros se hacen más cortos. Este sistema está preparado para funcionar hasta, aproximadamente, los 25 kilómetros por hora. Una vez se ha alcanzado esa velocidad, no aporta la fuerza extra y se deja llevar hasta que vuelve a estar por debajo de esa cifra. Esta medida es muy importante para mantener altos estándares de seguridad durante la conducción.

La demanda de bicicletas eléctricas se ha incrementado durante los últimos años. La venta en España se ha multiplicado de forma exponencial desde su salida al mercado en 2014. En 2017 se vendieron más de 70.000 modelos, lo que significa un crecimiento del 78% con respecto al ejercicio anterior. El año siguiente, en 2018, el sector dio un salto hasta alcanzar las 111.000 unidades vendidas. Esta tendencia de crecimiento se ha mantenido durante el año actual y todo apunta a que seguirá creciendo.

Son varios los motivos que explican el auge de este sector. Al fomento por parte de las administraciones y el propio servicio que ofrece un vehículo de estas características, hay que sumar el cambio de mentalidad que adoptan los ciudadanos. Usuarios de grandes ciudades empiezan a dejar de lado el coche y buscan nuevas vías de transporte ante la crisis climática o la subida del precio del carburante.

El interés de un creciente número de usuarios y las facilidades que estos se encuentran para su consumo, ha generado un efecto positivo en el sector, en cuanto a continua mejoría y renovación del producto. Hay modelos que pueden alcanzar los 80 kilómetros de autonomía, todo un logro para una herramienta de este tipo. Además, las compañías no cesan en su empeño de introducir en sus productos las últimas tecnologías a fin de ir mejorándolo y poder ofrecer mayor calidad. No hay que olvidar que el mercado de las bicicletas eléctricas es muy joven y su margen de mejora es realmente amplio.

Las ciudades europeas, preparadas

El conductor, además, se encuentra durante su camino con todo tipo de facilidades para que el uso de la bicicleta eléctrica sea cómodo y funcional. La tendencia en Europa apunta al fomento de este tipo de vehículo. Las ciudades presentan una mejorada red de carriles para que este vehículo conviva con los coches o autobuses. También empiezan a llenar sus calles de aparcamientos o de puntos de abastecimiento de electricidad para cargar la bici. Las plazas para estacionar bicis se han aumentado, mientras que es posible encontrar, con más frecuencia, lugares para realizar la correspondiente recarga de electricidad.

Los ayuntamientos de muchas ciudades europeas han entendido y asumido la relevancia de fomentar el uso de la bicicleta eléctrica y han tomado medidas, no solo en materia de carriles bici o puntos de estacionamiento y carga. También han ampliado, en su oferta de bicicletas de alquiler, la presencia de los modelos eléctricos; y lo ofrecen como una experiencia a la hora de visitar la ciudad. La anulación, por parte del Parlamento Europeo, de la obligatoriedad de disponer de un seguro de responsabilidad civil a terceros para los usuarios de bicicletas eléctricas supuso también un impulso para su uso.

Una carga sostenible y económica

La carga de la batería es uno de los apartados fundamentales para entender el éxito de las bicicletas eléctricas y el porqué es uno de los vehículos con más proyección de futuro. El sistema se carga mediante energía eléctrica, no necesita de gasolina, con lo cual no expulsa gases contaminantes y respeta el medio ambiente. Es un vehículo Eco, el distintivo que se quiere priorizar desde hace unos años. Esto significa que la recarga de energía es muy barata o incluso gratis, ya que algunas localidades ofrecen este servicio de forma gratuita.

Las empresas del sector han dado una gran importancia a la carga de la batería y hoy en día se pueden encontrar modelos más sofisticados que incluyen un sistema de recarga mediante energía solar. Hay otros capaces de cargar la batería de forma automática cuando el vehículo circula cuesta abajo; por lo que en este caso aumenta la autonomía.

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