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Nueva turbina de General Electric promete bastante

General Electric ha presentado una turbina que apenas tiene una décima parte del tamaño de una turbina de vapor convencional, pero que es capaz de proveer de energía eléctrica a un pueblo de unas 10,000 viviendas con sus 10 megavatios de potencia eléctrica. Además, esta nueva tecnología es ideal para generar electricidad en horas pico, debido a que puede entrar rápidamente en funcionamiento.

Para lograr lo que promete esta turbina no funciona con vapor, sino con dióxido de carbono a elevada presión, y también a alta temperatura, de 700 ºC para ser exactos. Esto es lo que se denomina dióxido de carbono supercrítico, y bajo esas condiciones se encuentra entre líquido y gaseoso. Pues bien, este dióxido de carbono se pasa por la turbina, donde se enfría para después repetir el proceso.

Mientras que la eficiencia de las turbinas de vapor convencional ronda el 45 por ciento, la eficiencia de esta turbina de dióxido de carbono supercrítico anda por el 90 por ciento. La mejora del 50 por ciento en eficiencia responde a varios factores, pero principalmente al hecho de que el dióxido de carbono supercrítico requiere menor energía para comprimirse que el vapor.

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Otra cuestión importante de esta turbina es que el material con el que está fabricada es buen conductor del calor y la electricidad, lo que le permite entrar en funcionamiento en unos impresionantes dos minutos. Solo para tener una idea de lo que esto representa, una turbina de vapor convencional se demora 30 minutos para comenzar a trabajar, por lo que la diferencia es enorme.

Es justamente por lo anterior que la nueva turbina de General Electric sería ideal para satisfacer la demanda de energía eléctrica en las horas pico, que son el mayor problema de cualquier centro urbano. De momento la idea parece tener futuro, y la empresa está trabajando en un prototipo tres veces más grande, de 33 megavatios de potencia eléctrica.

Por último, cabe mencionar que esta tecnología sería bastante compatible con cualquier otra, pues se puede utilizar junto con combustibles fósiles, energía nuclear o energías renovables, como la fotovoltaica y la eólica. La idea sería que con cualquiera de estas tecnologías se generara electricidad, la cual se almacenaría en forma de sales fundidas, y después con el calor se echaría a andar la turbina cuando se necesitara.

Vía | MIT Technology Review

Sobre el autor

Olmo Axayacatl

Ingeniero y horticultor de profesión. Tiene en las matemáticas, física y química sus materias favoritas. Viajar es su anhelo, escribir uno de sus pasatiempos, ahora convertido a profesión. Gusta de aprender y enseñar. Puedes seguirlo en twitter en @olaxpiston

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