La bombilla incandescente se niega a morir
Solo entre 10 y 15 por ciento de la energía que consume una bombilla incandescente se convierte en luz visible. Con esta ineficiencia era de esperarse que dicha tecnología quedara fuera de circulación, sobre todo cuando se tienen sistemas de iluminación más eficientes. Fue en 2012 que la producción de bombillas incandescentes llegó a su fin en Europa, pero varios años después la bombilla se niega a morir.
Cada día que pasa es más complicado encontrar una bombilla incandescente, porque los inventarios que quedaron después de su prohibición se han terminado. Y justo ahora que la sociedad está casi adaptada al uso de lámparas fluorescentes, leds y otras tecnologías de iluminación, surge la noticia de que gracias al desarrollo de un equipo de científicos, la bombilla incandescente podría resurgir de las cenizas.
Claro que para que se hable del retorno de las bombillas incandescentes estás tienen que presentar un gran avance en lo que respecta a eficiencia energética, que es lo que han logrado los científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Desde el MIT han presentado un prototipo de bombilla incandescente que presenta una eficiencia de hasta el 40 por ciento, lo que supera a las lámparas CFL y LED.
Se trata sin duda de un avance tecnológico impresionante, pues que una tecnología presente una evolución tan radical en pocos años suele ser algo bastante raro de ver. Lo que los investigadores han realizado es lo que denominan reciclaje de luz, que consiste en rebotar parte del calor generado por el filamento incandescente, pudiendo así utilizar dicho calor para la generación de más luz.
Para rebotar el calor es necesario cubrir el filamento con una capa de cristal especial, que deja pasar la energía en forma de luz más no el calor. Con esto la luz visible puede pasar pero los espectros no visibles de espectro electromagnético son rebotados, por lo que el escape de energía en forma de calor se ve minimizada, lo que implica un aumento importante de la eficiencia energética.
Una vez que se rebota energía en forma de calor esta va a parar de nuevo en el filamento, que suele ser de tungsteno o wolframio. Así el filamento sufre un recalentamiento que genera más luz visible, y el proceso se repite constantemente. Según se menciona, con esta tecnología se puede producir tres veces más luz visible, con la misma cantidad de energía, en comparación con una bombilla incandescente normal.
Vía | Wwwhatsnew | Xataka
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