El problema eléctrico de Girona
Hace poco ya os hable de como estaba el tema eléctrico en Girona, con el tema del AVE y la línea de 400kV. Hoy me encuentro en El Periódico datos sobre este tema, y aquí os los pongo.
Las puntas de demanda eléctrica en las comarcas de Girona han pasado de 688 megawatios en el 2001 a 923 megawatios en el 2007 (955 estimados para el 2008). Es un hecho. Del 2001 a esta parte, la demanda estival ha crecido a razón de un 4,8% anual. Otro hecho. También es un hecho que por cada 100 megawatios de demanda, en España hay 86 kilómetros de línea de transporte; en Catalunya, 53, y en Girona, solo 11.
Las comarcas de Girona son importadoras netas de energía eléctrica. Tienen una capacidad generadora de 95 megawatios (cogeneración e hidroeléctrica), o sea, un 10% de la demanda punta, otro hecho. Y otro más: 360 megawatios (cantidad de electricidad) llegan bien desde Vic a través de una línea de 220 kilovoltios (capacidad de la línea), en tanto que el resto de importaciones, unos 500 megawatios, llegan como pueden desde el Maresme, Vallès u Osona por cuatro líneas menores de 132 o 110 kilovoltios.
La gestión de cualquier sistema de fluidos exige una red. Cualquier interrupción debe ser compensable mediante derivaciones con capacidad suficiente, como se hace con los cortes de carretera. Con la electricidad, más aún, porque es de producción continua y no puede retenerse. Si no se deriva rápidamente, los circuitos entran en sobrecarga y comienzan a saltar uno tras otro. Así se producen los grandes apagones.
Es un hecho, pues, que las comarcas de Girona penden de cinco líneas de baja capacidad transportadora y que constituyen un subsistema cada vez más vulnerable. Incluso incrementando la generación propia y conteniendo la demanda, habría que reforzar y mallar la red de transporte.
Pero la gente que allí vive no le percibe así. El previsible clamor a favor de un transporte eléctrico más seguro y proporcionado a las necesidades se ha visto desplazado por un movimiento contrario a la nueva línea que ha de garantizarlo. Ni aquí, ni enlloc!, dice el eslogan contra la nueva línea de 400 kilovoltios, dando a entender que se trata de algo indeseable, además de innecesario.
“Los hechos son los hechos, pero la realidad es la percepción”, decía Albert Einstein. Es así como la realidad gerundense destierra del ámbito de lo decente una convencional línea de 400 kilovoltios, que considera excepcional (es una tensión usual de transporte: hay 105.000 kilómetros en Europa, 18.000 en España y 1.050 en la propia Catalunya) y llega a negar que haga falta, ni allí ni en parte alguna. Tal error perceptivo se solapa con razonables objeciones de otra índole (impacto ambiental, salubridad, etcétera), que son de otro orden, ya que se refieren a la formalización del proyecto, no al concepto.
¿Y cómo se ha llegado aquí?
Una cosa son las amonestaciones y otra el noviazgo. Cumplir los procedimientos legales y las informaciones públicas preceptivas puede no bastar cuando de tramitar un proyecto territorial se trata. Eso ha pasado. Si, encima, el proyecto se explica mal diciendo que servirá para alimentar al AVE, siendo que es necesario para alimentar a 400.000 usuarios o para permitir la conexión con la red europea, hecho a su vez interpretado como una operación turbia en lugar de la mejora técnica prescrita por la Unión Europea que en realidad es, no es de extrañar el confusionismo mayúsculo instaurado. La percepción, entonces, desautoriza a los hechos y la realidad se falsea. Se impone rebobinar.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] Imagen de I.Brotóns
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