50 años de energía atómica
Bélgica celebra el cincuenta aniversario del Atomium, el monumento estrella de la Expo del 58 que simbolizó la esperanza de Europa en el poder de la energía nuclear.
Hace cincuenta años, sus defensores prometían que en ella residía el futuro y que ayudaría a reconstruir un continente devastado por la guerra. Y sus detractores llevan desde entonces tratando de convertirla en el pasado. El sueño atómico cumple medio siglo de polémica, justo cuando Francia y el Reino Unido se han propuesto relanzar una nueva era nuclear, con centrales de nueva generación que alivien a Europa de su dependencia energética, del estallido de los precios del crudo y de la amenaza del cambio climático.
Desde hace unos meses, Bruselas celebra también los cincuenta años de la Expo del 58, cuya monumento estrella, el Atomium, simbolizó las esperanzas en una fuente de energía limpia, barata e inagotable. Eran los años de los inventos impensables, de la ciencia como motor del bienestar, pero también los años del miedo. Apenas habían pasado trece años de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, la bomba atómica era el argumento principal de la guerra fría y el pánico a los accidentes en los reactores rodearon a la energía nuclear de una leyenda negra que aún arrastra hoy.
«Este medio siglo marca una época, pero esperamos que la energía nuclear pueda celebrar otros cincuenta años como proveedora de electricidad segura, eficaz y limpia de emisiones de CO2», aventura Santiago San Antonio, director general del Foro Europeo de la Energía Atómica (Foratom), la asociación de las industrias europeas del sector que tiene su sede en Bruselas.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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